S. Mifsud - propietario de 11-35 Explorer (Oceanis 55.1)
"Défi à la voile", una misión solidaria y ecológica
Como si no hubiera conseguido suficientes hazañas en su vida, el múltiple recordman y campeón del mundo de apnea Stéphane Mifsud finalizó a finales de enero 2019 su primera ‘trans-med-atlantique’ en solitario y sin escala. Una aventura extraordinaria en todos los frentes.
¿Cuál es el origen de este proyecto que muchos de nosotros hemos visto evolucionar casi en directo en las redes?
Lo que acabo de vivir es ciertamente, una aventura bastante particular. Una aventura humana por el objetivo que yo perseguía y una aventura deportiva y física por el cariz que tomó esta travesía. Al inicio, mi intención era de ganar las Antillas con mi barco lleno de material para llevar allí, en el marco de mi asociación la Odyssée Bleue, una misión solidaria y ecológica con los habitantes de estas islas y especialmente los niños. Se trata se sensibilizarlos sobre la fragilidad de su ecosistema marino. Es por otra parte, la necesidad de espacio para todo este material, que me llevó a ceder mi Oceanis 45 para adquirir este nuevo Oceanis 55.1 (11-35 Explorer). En cuanto al componente marítimo en si, el proyecto era de cruzar el Mediterráneo, después el Atlántico con tripulación con algunas escalas ya que mi experiencia de marinero no era a mí entender, suficiente para planear otra cosa. Pero al acercarse la salida, sentí la necesidad de un desafío más personal, sentía una gran confianza en mi nuevo barco y finalmente tomé la decisión de partir solo. Entonces di a mi travesía el nombre de Desafío para la Vela. En cuanto a las escalas, es en el curso de los cinco primeros días de navegación entre Hyères y Gibraltar que mi temperamento de competidor me atrapó, incitándome a conquistar el Atlántico sin pararme. Tuve el deseo de ponerme en condición de regata y navegar día y noche con un compromiso total…
"Deseaba cruzar el Mediterráneo después el Atlántico con tripulación con algunas escalas. Pero al acercarse la salida, sentí la llamada de un desafío más personal…"
¿Qué ocurrió entre Hyères y Gibraltar, que le condujo a olvidar pararse?
Yo largué amarres el 30 de diciembre con un viento muy sostenido. Pronto me sentí compenetrado con mi barco que navegaba formidablemente bien en un Mediterráneo que no perdona nada. También me di cuenta que la gestión de mi sueño con tres o cuatro ciclos de 40 minutos por noche por auto-hipnosis funcionaba muy bien. Es una práctica que me es familiar por haber recurrido a ella en mis records de apnea estática, pero tenía la necesidad validar que también es eficaz en este otro contexto. Al acercarme al estrecho, mis routers me indicaban una ventana meteorológica favorable y mi barco mostraba una forma al menos equivalente a la mía : entonces quise probar suerte ! Me lancé un nuevo desafío eligiendo la opción más deportiva : proseguí recto hacia adelante en una ruta muy al Norte, sin descender a buscar los alisios. Decir que fue un paseo de salud sería mentir, salí claramente de mi zona de confort, sufrí una gran depresión, rompí un spi, pasé por grandes momentos de soledad pero por la mañana del 26 de enero, después de 8000 km de travesía, llegué y lo que acabo de vivir, forma parte de las aventuras más extraordinarias de mi vida.
¿Qué es lo que le ha sido más valioso en esta travesía?
Antes de partir, mis colaboradores me ofrecieron un enlace satélite que me permitió estar en contacto permanente con la tierra y especialmente con mis dos routers. Sin esto, las cosas habrían sido evidentemente, muy diferentes. Más allá de los consejos técnicos, este enlace y saber que mi viaje era seguido cotidianamente por varios miles de personas me ha ayudado mucho. Mi barco se ha convertido en mi mejor amigo : le he hablado mucho, tenía el sentimiento que me escuchaba y admito que me engañó con su resistencia. Mi cuerpo finalmente, al que yo conozco bien y que se escuchar, ha respondido perfectamente de principio a fin.
"Mi barco se ha convertido en mi mejor amigo : le he hablado mucho, tenía el sentimiento que me escuchaba y debo admitir que me engañó por su resistencia. "
Y ahora, ¿ cuál es el programa ?
Los diez primeros días que siguieron a mi llegada aquí a Guadalupe, me permitieron recuperar mi sueño. Buceo un poco cada día y escucho a 40 metros del fondo, el canto de las ballenas que llegan cerca de las costas. Saboreo… y sobre todo preparo mis encuentros con los niños que he venido a ver. Su tierra ha sufrido los ciclones Irma y Maria y el mar, de forma menos visible, está también muy dañado. Me apresto a sensibilizar a cientos de escolares pero también a buceadores y turistas para la protección de las riquezas del entorno marino antillano. Voy a enseñarles a observar y sobre todo a comprender mejor la fauna y la flora subacuática para hacer de ellos actores de la preservación de los océanos. También voy a dar una conferencia demostrativa. Entre febrero y abril, organizaré varias operaciones « Puerto limpio » en Guadalupe, en Martinica, en Saint-Barthélemy y en Saint-Martin. Me concederé una pequeña escala en las Granadinas para hacer submarinismo y rodar un documental. De hecho, no hago otra cosa que prolongar aquí al otro lado del Atlántico, el objetivo de la misión de la Odyssée Bleue : permitir el mayor número de observaciones, de conocer el mundo marino para protegerlo mejor. Mi barco es un embajador medioambiental, es su razón de ser y está lejos de haber dicho su última palabra.
"Preparo mis encuentros con los niños que he venido a ver. Su tierra, ha sufrido los ciclones Irma y María y el mar, de forma menos visible, está también muy dañado."
Publicado el 21.02.2019